El suelo, que es la parte más externa de la corteza terrestre está constituido por partículas producto de la evolución del planeta desde su nacimiento hasta nuestros días.
Desde el punto de vista agrícola el suelo es aquella parte de la corteza terrestre que se encuentra por encima del manto subterráneo de rocas y donde las plantas pueden desarrollar las raíces.
El suelo está compuesto por una mezcla de partículas de diferente origen cuya composición, naturaleza y características es muy compleja y se escapa del interés de este artículo.
Para simplificar un tanto la enorme complejidad de los suelos se ha convenido en aceptar que para muchas aplicaciones resulta suficiente con clasificar las partículas del suelo por su tamaño.
De acuerdo a esta convención hay 4 tipos de partículas en el suelo:
Desde el punto de vista agrícola el suelo es aquella parte de la corteza terrestre que se encuentra por encima del manto subterráneo de rocas y donde las plantas pueden desarrollar las raíces.
El suelo está compuesto por una mezcla de partículas de diferente origen cuya composición, naturaleza y características es muy compleja y se escapa del interés de este artículo.
Para simplificar un tanto la enorme complejidad de los suelos se ha convenido en aceptar que para muchas aplicaciones resulta suficiente con clasificar las partículas del suelo por su tamaño.
De acuerdo a esta convención hay 4 tipos de partículas en el suelo:
Las gravas son fragmentos de rocas que tienen más de dos milímetros de diámetro. Una suerte de arena basta o gruesa con pedazos de rocas que pueden ser relativamente grandes; hasta varios centímetros. Cuando son transportados por las aguas, las gravas se redondean debido al desgaste de sus aristas. Suelen encontrarse acumuladas como material suelto en los lechos de los ríos, en depresiones rellenas por corrientes de agua o en las orillas del mar.
La forma externa de las gravas depende de la historia de su formación, encontrándose variaciones desde elementos muy rodados (casi esféricos) a aquellos con las aristas muy vivas.
Debido a su naturaleza granular, las gravas son notablemente permeables y retienen muy poca humedad.
La forma externa de las gravas depende de la historia de su formación, encontrándose variaciones desde elementos muy rodados (casi esféricos) a aquellos con las aristas muy vivas.
Debido a su naturaleza granular, las gravas son notablemente permeables y retienen muy poca humedad.
Arenas:
Las arenas son aquellas partículas de roca de dimensiones menores que las gravas cuyo origen puede ser natural o por rocas trituradas por el hombre. Se consideran arenas aquellas partículas cuyas dimensiones oscilan entre 0.05 y 2 mm.
El origen y la existencia de las arenas es semejante al de las gravas: las dos suelen encontrarse juntas cuando están depositadas naturalmente por las aguas. Lo mismo que las gravas las arenas, especialmente las más gruesas, son muy permeables y su retención de humedad es escasa.
Limos:
Los limos están constituidos por partículas aún mas pequeñas que las arenas, cuyo origen puede ser inorgánico (desintegración de rocas) u orgánico, producto de la división de material de origen vivo o su descomposición. El diámetro de las partículas de los limos esta comprendido entre 0.005 y 0.05 mm. Dependiendo de su composición los limos pueden ser más o menos permeables y retener cantidades de humedad variable.
Arcillas:
Las arcillas son las partículas mas finas del suelo, con diámetros menores a 0.005 mm. Tienen origen inorgánico y en general son partículas cristalinas de silicatos de aluminio, hierro o magnesio hidratados. Generalmente son muy impermeables debido a su compacidad y se endurecen notablemente cuando se secan.
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